Manu y Ana llegaron a una nueva sala del castillo.Resultó ser una cocina llena de cazos y ollas. Allí encontraron a un cocinero con gorro y delantal que buscaba y buscaba sin parar con cara preocupada.
-hola- dijeron los niños- ¿Por qué estás preocupado?
-Tengo un gran problema- contestó el cocinero- Debo preparar la comida y no encuentro los 5 tomates que necesito.
-¿Cinco?- preguntó Ana.
-Así es- respondió el cocinero, señalando un tarro vacío que tenía una etiqueta con el número 5.
-Mirad, es este número, una línea acostada, que luego baja un poquito y un puente para terminar. Tengo que encontrar 5 tomates y meterlos en el puchero para la comida.¿Me podéis ayudar?
-¡Claro!- dijo Manu- pero no sabemos cuántos son.
-El 5 es el número que sigue al 4-contestó el cocinero- y es el que necesitas para contar los dedos de tu mano. Prueba y verás.
Y Manu y Ana se miraron las manos mientras se contaban los dedos.
-Mira- dijo Ana- aquí hay 2 tomates juntos.
-Aquí hay otro tomate más-replicó el cocinero.-Juntos son 3 tomates.
-He encontrado otro más -dijo Manu- Con éste son 4.
-Entonces falta un tomate más y por fin tendré 5-aclaró el cocinero.
-¡Aquí está el otro tomate!- gritó Ana muy contenta, mientras apartaba un gran tarro de mermelada de fresa.
Pusieron ese tomate junto con los 4 que habían encontrado y los contaron: uno, dos, tres cuatro y cinco. ¡Estaban los 5 tomates! Manu y Ana, muy contentos, salieron de la cocina y siguieron su visita por el castillo de los números
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