Editorial: kalandraka
Autor: Luisa Aguilar
Ilustrador: André Neves
Un mar de cuentos es un nuevo proyecto que llevaremos a cabo en las aulas de 5 años. Su objetivo fundamental es fomentar la lectura tanto en la escuela como en la familia.Nuestro cachalote Cochinita , conoce muuuuuchos cuentos y es por ello que ha conseguido su pasaporte para obtener el mapa del Mar de los cuentos. Por cada cuento que ha contado o le han contado, le han puesto un sellito en su pasaporte .Cochinita nos ha animado a conseguir nuestro pasaporte porque quiere que le acompañemos en el Mar de los Cuentos.
¿Cómo pueden nuestros niños/as de la clase verde conseguir su pasaporte del Mar de los cuentos?
Pero también se crea la necesidad de leer fuera de la escuela y el entorno familiar es un factor importante.
En casa, cada vez que le leáis un cuento a vuestros hijos, o éstos a vosotros, deben hacer también un dibujo y escribir el título del mismo (si ellos no saben, uds. le ayudáis).Ese dibujo debe llegar a la escuela.Una vez aquí, el niño/a debe contarle a sus compis de qué iba el cuento, sus personajes... y la seño le pondrá un sello en su pasaporte.
Las familias podéis contribuir a proporcionar un ambiente que estimule la evolución positiva en la lectura de vuestros hijos e hijas:
- HABLAD CON VUESTRAS HIJAS E HIJOS. Cuantas más palabras escuchen más palabras conocerán y más palabras podrán utilizar en su conversación diaria.Poco a poco irán aumentando su vocabulario, estimuladles para que hagan preguntas sobre todo aquello que les interese, rodea y contestadlas.
- ESCUCHAD A VUESTRO HIJO O HIJA. Cuanto más hable y se aprecie lo que dice, mejor podrá desarrollar patrones de lenguaje apropiados.
- LEED A VUESTRA HIJA O HIJO. Cada vez que leéis, estáis desarrollando su aprecio por los libros y por la lectura; y le estáis familiarizando con un lenguaje más elaborado, que es el instrumento idóneo para su desarrollo intelectual.
AQUÍ TENÉIS ALGUNAS IDEAS QUE OS PUEDEN AYUDAR A CONSEGUIRLO
- Apagad la televisión. Que lo normal sea tenerla apagada. Encendedla sólo para ver un programa concreto. La televisión, además de distraer la atención, no incita a leer.
- Con los niños más pequeños, mirad libros infantiles de dibujos y contad historias. Estad atentos a lo que en cada época les interesa, para proporcionarles libros que hablen de ello.
- Cuando empiece a leer, ayudadle a elegir libros de interés.
- Tras la lectura de un libro, hablad juntos sobre el mismo. Que se dé cuenta que para vosotros el libro es una cosa importante, como lo será para ella o él.
- Visitad a menudo la biblioteca con vuestro hijo o hija. Explicadle cómo y de dónde puede coger los libros, y dónde debe dejarlos. Dadle tiempo para que los mire y los lea, aunque no sepa aún las letras.
- Haced que vuestra hija o hijo os vea disfrutar de un libro, revista o periódico. Comentadles qué os ha parecido la lectura e invitadles a participar de ella.
- Leed con él o ella por lo menos 15 minutos al día. TODOS LOS DÍAS. Y valorad estos momentos como verdaderos actos de comunicación y de diversión; nunca como una obligación odiosa.
- Aprovechad el momento en que se acuestan vuestros hijos e hijas para leer con ellos cuentos e historias. Que se acostumbren a leer unos minutos cada noche.
ACTIVIDADES CONCRETAS DE LECTURA QUE PODEMOS HACER EN CASA
- Lee a tu hijo o hija. Muéstrales las diversas formas de literatura a través de los escritos: los cuentos, la poesía,el comic, los tebeos, la narración periodística,… Muéstrales también distintos textos que podemos ver en casa habitualemente: facturas, cartas, recetas de cocina, entradas de cine, las notas que enviamos del cole, y todos los textos escritos que tengáis.
- Los cuentos son el primer contacto del niño y la niña con los libros. Cuando cuentas o lees un cuento creas un mundo de fantasía que permite estimular su imaginación infantil. Aparte de divertir, sirven para introducir vocabulario nuevo, utilizar nuevas expresiones del lenguaje, aprender a escuchar, a atender, a leer.
- Las historias que salen por la televisión sustituyen a las que tú les puedes contar. El intercambio es diferente. Las palabras leídas no van directamente asociadas a ninguna imagen, lo que provoca un desarrollo más libre de la imaginación.
- Busca en librerías, libros, cuentos, revistas de interés para tu hijo, de acuerdo con su edad e intereses. Que aprenda a elegir lo que va gustándole, al tiempo que tú le guías.
- Léele un cuento pero omite una palabra de vez en cuando. Pídele que diga una palabra que encaje con el significado de la frase.
- Escribe palabras en fichas y pídele que las asocie con dibujos o con objetos en casa. Escribe varias letras en fichas y pide a tu hijo/a que forme palabras.
- Responsabilízate de un calendario de la familia en donde deba registrar y mantener al día los acontecimientos familiares: fiestas, aniversarios, cumpleaños, viajes, excursiones…
- Si hay un ordenador da a tu hijo o hija la oportunidad de usarla. Quizá empiece por poner vuestros nombres o por copiar frases de su libro preferido.
- Haz que busque fotos que le gustan en revistas viejas. Pídele que las recorte y ponga títulos a cada una. Haz que recorte palabras de titulares de periódico o anuncios publicitarios. Que las pegue en una libreta y haga dibujos en relación con esas palabras.
- Deja algún momento para cantar canciones o nanas con tu hijo o hija. Pídele que repita sus canciones infantiles preferidas o las que cantamos en clase.
- Recorta tiras de cómic del periódico o revistas y pide a tu hijo/a que coloque las viñetas en el orden correcto.
- Pregúntale qué palabras querría aprender. Escríbelas en fichas y haz que tu hijo/a las coloque por orden alfabético o por temas en una caja especialmente preparada para ello.
- Mientras preparas la comida, pídele que te ayude leyendo partes de la receta o confeccionando un menú especial.
- Antes de que la familia emprenda un viaje, haz que tu hijo/a colabore con los preparativos escribiendo una lista de cosas que hay que llevar, leyendo el mapa de la carretera…
- Lee un cuento y pídele que invente un nuevo título.
- Lee parte de un cuento pero omite el final. Pídele que invente un nuevo final.
- Haz constantemente preguntas a tu hijo o hija sobre el “por qué” de las cosas, no sólo sobre los cuentos que lee, sino también sobre los incidentes cotidianos del hogar o del barrio.
- Pregunta a tu hijo o hija sobre la parte que prefiera del libro o cuento que acaba de leer. Comentadla.
- Utiliza el periódico como un libro de texto de lectura. Pide a tu hijo/a que localice determinados artículos en distintas secciones del periódico.
- Cuando vayas a comprar al supermercado, que tu hijo o hija te ayude a hacer la lista de la compra, y a comprobar después que vais comprándolo todo.
- Cuando recibáis cartas o correos electrónicos de amigos o familiares, que vuestros hijos e hijas lean las partes que les puedan interesar, y se encarguen también de contestar algunas palabras.
- Cuando vayas por la calle con tu hijo o hija, leed juntos los carteles de las tiendas, los nombres de las calles, lo anuncios publicitarios.
- Y por supuesto todo aquello que se os ocurra.
Gracias al cuento "Orejas de mariposa" la seño les ha puesto su primer sellito.
Tener las orejas grandes, el pelo rebelde, ser alto o bajo, flaco o regordete... Hasta la característica más
nimia puede ser motivo de parodia entre unos niños y otros. Por eso es necesario un libro que les demuestre
a todos, tanto a los que dan como a los que reciben algún comentario despectivo, que ese tipo de
comportamientos son reprobables.
Y especialmente a los que son señalados por los demás, el mensaje que les transmite este relato es que
conviertan en positivo aquello que para otros sea motivo de mofa. Porque las características que nos
diferencian de los demás hay que ponerlas en valor para que nos distingan como seres especiales y únicos.
Porque reconocer e incluso reivindicar la diferencia nos hace fuertes, aceptándonos como somos y reforzando nuestra personalidad. Es el primer paso para aprender a reírse de uno mismo...
nimia puede ser motivo de parodia entre unos niños y otros. Por eso es necesario un libro que les demuestre
a todos, tanto a los que dan como a los que reciben algún comentario despectivo, que ese tipo de
comportamientos son reprobables.
Y especialmente a los que son señalados por los demás, el mensaje que les transmite este relato es que
conviertan en positivo aquello que para otros sea motivo de mofa. Porque las características que nos
diferencian de los demás hay que ponerlas en valor para que nos distingan como seres especiales y únicos.
Porque reconocer e incluso reivindicar la diferencia nos hace fuertes, aceptándonos como somos y reforzando nuestra personalidad. Es el primer paso para aprender a reírse de uno mismo...
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